Democracia y movimientos sociales en México
En esta ponencia analizo lo ocurrido en México en los últimos tres lustros, en términos del surgimiento de diversos movimientos sociales, sus causas y el impacto que han tenido en la democracia mexicana. En el llamado periodo de la postransición, con el que se suponía que México arribaba a la democracia una vez que se dio la alternancia en la presidencia de la República en el año 2000, resultado de la derrota del PRI, han emergido en México movimientos sociales con gran capacidad de resistencia, movilización y lucha social. Pero ese enorme caudal de inconformidad y malestar social se ha encontrado de frente con los llamados “poderes fácticos” y con un Estado capaz de resistir con gran fortaleza para impedir una profundización democrática que permita el reconocimiento y pleno ejercicio de los derechos de ciudadanía, que en más de una ocasión han sido los detonantes de las distintas movilizaciones y protestas sociales. Hoy más que nunca, los movimientos sociales, tanto en México como otras partes del mundo, se caracterizan por movilizar recursos, por poner en práctica repertorios de acción y movilización muy variados, para cuestionar abiertamente el poder establecido en un contexto de globalización económica de corte neoliberal que abre cada vez más la brecha entre quienes detentan el poder económico y quienes no tienen nada o muy poco y apenas les alcanza para la sobrevivencia. Al mismo tiempo, estos movimientos sociales del nuevo milenio, cuestionan el funcionamiento de la democracia representativa, que cada vez más hace patente su incapacidad, insolvencia y desinterés para resolver problemas y demandas sociales propios de nuestro tiempo (empleo, estudios, protección de los derechos humanos, identidades diversas, autonomía de grupos sociales dentro de contextos estatales, medio ambiente, transparencia, legalidad, alto la corrupción y a la violencia en distintos planos, emociones, etcétera). Una democracia representativa en relación muy estrecha con los intereses del neoliberalismo, un modelo político que propicia gobernar en el vacío, sin un respaldo popular amplio, y que genera una profunda indiferencia hacia la política y hacia la democracia.
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