La conformación de la clase económicamente dominante y las élites políticas en el Estado mexicano
Actualmente se concibe la siguiente idea: políticos y empresarios mantienen relaciones estrechas que conforman un poder unificado. Sin embargo, ¿qué tan exacta es dicha aseveración? Pero sobre todo, ¿cómo se lleva a cabo? Justamente en esta investigación se trata de responder a este par de preguntas mediante la reutilización y combinación teórica de las categorías marxista de clase dominante y élite. Así, el estudio se centra en el Estado mexicano en sus dos últimos gobiernos: Felipe Calderón y Enrique Peña. Para esto, se tienen como unidades de análisis a la presidencia, altos mandos del Estado mexicano a nivel nacional-federal, líderes de bancada del congreso mexicano y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Como muestra de empresas se tienen a las 20 más importantes de capital mexicano en los últimos 10 años. Todo ello se estudia con base en dos grandes dimensiones: vínculos sociales y relaciones de supremacía. La primera tiene dos variables: uno, reclutamiento escolar y laboral; y dos; integración familiar o amistosa. La segunda también tiene dos variables: grados de supremacía y control en el bloque de poder estatal. Los resultados obtenidos hasta ahora, por medio de una metodología especial para México, muestran que los lazos entre empresarios nacionales y políticos no son muy significativos en términos cuantitativos. No obstante, cuando se hace uso del análisis de redes, observamos que los vínculos entre estos actores son altamente estratégicos. En lo correspondiente a las relaciones de supremacía se puede decir que los empresarios tienen un alto grado de imposición, pero al momento de controlar a las élites políticas, éstas tienen un alto margen de autonomía. De esta manera, y de acuerdo al planteamiento de esta investigación, México tiene una combinación clase/élite que se denomina como “clase gobernante no consolidada”. Esta consiste en que se tiene un alto grado de reclutamiento pero un bajo grado de integración, y al mismo tiempo, los empresarios tienen un alto grado de supremacía en el bloque de poder, pero un bajo grado de control hacia las élites políticas.
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