Políticas Pública Culturales en las Ciudades Patrimonio de México
El análisis de las políticas públicas se ha ganado un lugar en las ciencias sociales como un campo de estudio, que se encarga de analizar, cómo los gobiernos toman e instrumentan decisiones para solucionar problemas públicos. 1982 México fue sede de la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales de la UNESCO, evento en el cual se destacó la necesidad de actualizar la legislación en la materia y se recomendó la descentralización de las estructuras de promoción cultural y la inclusión de los diversos actores sociales en el diseño de las políticas culturales: “la cultura es esencial para un verdadero desarrollo del individuo y la sociedad e invoca a las políticas culturales a que protejan, estimulen y enriquezcan la identidad y el patrimonio cultural de cada pueblo; además, que establezcan el más absoluto respeto y aprecio por las minorías culturales, y por las otras culturas del mundo. La humanidad se empobrece cuando se ignora o destruye la cultura de un grupo determinado.” La Cultura ha comenzado a redefinir paulatinamente su papel frente a la economía y al desarrollo, sin dejar de lado la idea de identidad y cohesión social. México cuenta con 51 sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, de los cuales, 12 bienes son naturales, 37 bienes son culturales y 2 mixtos, con lo que ocupa el sexto lugar a nivel mundial y el primer lugar en América Latina y el Caribe. Tiene 10 las ciudades catalogadas como Patrimonio de la Humanidad: Campeche, Ciudad de México, Guanajuato, Morelia, Oaxaca Puebla, Querétaro, San Miguel de Allende Tlacotlalpan y Zacatecas. Analizar las Políticas Públicas implementadas en los gobiernos locales de las Ciudades Patrimonio de México tendría que estar en el debate de la comunidad académica, sobre todo después de la creación de la Secretaría de Cultura a Nivel Federal (2015) y la aprobación en el Congreso de la Unión sobre la Ley General de Derechos Culturales (2017) identificar variables y constantes previas y posteriores a esta realidad, nacional e internacional (Agenda post 15 de los Objetivos del Milenio) tendría que estar en el debate de la Ciencia Política.
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