Política alimentaria en el estado de Hidalgo ¿Son mejores los huertos que las despensas?
El relevo de los gobiernos estatales es un buen momento para evaluar el ejercicio del poder público sobre todo si, como sucede en el estado de Hidalgo, no existe alternancia y el PRI ha gobernado por más de 80 años. Al reparar en las propuestas del gobernador Omar Fayad, quien asumió el cargo en 2016, notamos el giro dado al programa de política alimentaria al suspender la entrega de despensas y proponer en sustitución la dotación de implementos para desarrollar huertos familiares. En apariencia, este desplazamiento permitiría corregir desvíos y despilfarros en la operación del programa alimentario y encauzar de una manera más productiva los recursos públicos al logro de las metas establecidas por las últimas tres administraciones estatales en materia de política social. El objetivo del presente trabajo es resaltar la importancia de la evaluación en la formulación de un programa central tanto para la legitimidad del partido en el poder como por ser el vehículo adecuado para enfrentar la pobreza extrema, el problema más severo en la entidad. Buscamos demostrar, a partir del análisis de las reglas de operación del programa y otras fuentes de información generada por la Secretaría de Desarrollo Social, que un simple cambio de siglas y una declarativa voluntarista no reemplaza el ejercicio riguroso de la evaluación en la reformulación de la política alimentaria.
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