La participación política de las mujeres en México
Históricamente en México, las mujeres se han visto con una infinidad de limitantes para ejercer sus derechos político electorales. Se tienen registros de la existencia de votaciones desde 1824, empero, no es hasta 1953, cuando en el Diario Oficial de la Federación se reconoce por primera vez el derecho al voto de las mujeres, y hasta 1955, cuando este se hace efectivo en comicios federales. En cuanto a la participación parlamentaria del género femenino, las Cámaras tienen presencia oficial en la Norma Suprema desde la Constitución de 1824, sin embargo, no fue hasta 1954 cuando se dio lugar a la primera representación femenina en el Congreso de la Unión, y hasta 1964 en la Cámara de Senadores. Con esto, se está hablando de más de cien años de rezago en los derechos político electorales de las mujeres mexicanas. Con medidas como las cuotas de género, las mujeres han podido tener una mayor facilidad para el acceso a cargos públicos y para poder participar en la toma de decisiones del país, y esto es comprobable con el número de curules ocuapadas por mujeres, siendo el 42.3% de la Cámara de Diputados y ocupando el 33.6% de los escaños de la Cámara de Senadores. A su vez, esto podemos contrastarlo con cargos de participación política en los que no existen cuotas de género, como lo son las gobernaturas, que de 32 entidades federativas, únicamente una está ocupada por una mujer. En el caso del gabinete legal y ampliado del Presidente Enrique Peña Nieto, de 30 secretarías y organizaciones de la administración pública federal centralizada y paraestatal, únicamente seis son dirigidas por mujeres. Lo mismo sucede en el caso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 11 ministros únicamente cuatro son mujeres, que si bien no son cargos de elección popular, o de el poder Ejecutivo, la participación de las mujeres también es de importante observancia en este ámbito, ya que es el el Tribunal más importante en México. Se pueden observar los beneficios de mecanismos de participación femenina, sin embargo también es importante buscar otras alternativas, puesto que una garantía numérica como la que otorgan las cuotas de género, no necesariamente implican una verdadera participación femenina en la toma de decisiones.
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