CIUDADES MISERIA, PROCEDENCIA DE MUJERES CRIMINALES
Se realizó una investigación sobre el espacio donde el ser humano habita, en la generación de conductas positivas o negativas, así como el medio ambiente social, ecológico, cultural, etc. Esto crea un gran impacto en las poblaciones donde el número de individuos que vive en una casa, excede al espacio físico, participando asimismo la cultura de estas personas para favorecer conductas negativas anímicas que pueden desencadenar en trastornos mentales, consumo de drogas, violencia y conductas delictivas en la comunidad en que residen, así como con la influencia determinante de la pobreza, llegando a tal marginación que pueden convertirse en ciudades perdidas o miseria, olvidadas del resto de la sociedad. Estas colonias, comunidades o ciudades, en su urbanización, que van en contra de la calidad de vida y derechos humanos de las personas, propician que no sientan respeto, arraigo ni tener sentido de pertenencia con respectos a los espacios que le fueron proporcionados, como los recreativos, educativos, ecológicos y culturales; al mismo tiempo que genera la desintegración familiar alarmante. Objetivos. Determinar factores de espacio y ecología entre otros, de donde proceden las mujeres criminales. Metodología. El trabajo de campo en el Centro Preventivo y de Readaptación Femenil de Puente Grande, Jalisco, tomando como fuente principal, a la población femenina internada por los delitos de robo y homicidio. Se analizaron los resultados del trabajo de campo y la investigación bibliográfica. Conclusiones. Uno de los factores comunes a estas mujeres delincuentes es que su vida básicamente la viven en la calle, donde existen infinidad de estimulantes que por su personalidad cree que necesita para sentirse aceptada y segura; esto con el inicio temprano de las relaciones sexuales y/o sentimentales, resulta totalmente negativo, generando conflictos sociales, familiares, escolares.
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